El de arriba es el primer logotipo de Windows: serio, de líneas sencillas y que no ocultaba su dirección a un público profesional.
El siguiente cambio vino con Windows 3.1, donde se sentaron las bases de su imagen actual. Windows se convertía en un producto moderno y dinámico, de ahí que la famosa ventana comenzara a ondear y tuviera esa estela de píxeles.
Windows XP supuso un cambio de interfaz importante: con Luna llegaron los volúmenes y los degradados, y eso era algo que tenía que constar en su nuevo logo, muy familiar para todos nosotros. Permanecían los colores y se abandonaba el borde negro, asociado a tiempos pasados.
Con Windows Vista y 7, el botón Inicio cobraba aún más importancia, así que el logotipo se encapsulaba en esta especie de esfera que también servía de elemento esencial en la Barra de Tareas. Un diseño que seguía tendencias y, como tal, estaba abocado a desaparecer más pronto que tarde.
Línea de tiempo. |
Fuente: Softonic Blog.
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