Llega el calor, y las ganas de salir a hacer deporte pierden el pulso a la invitación que te hace tu sofá. Un refresco, tu serie favorita y una larga tarde para no hacer nada. Tentador. Pero… poco recomendable.
Aunque te cueste, subraya estas palabras, ponlas en negrita, tamaño supergigante y grábalas en tu mente: tienes que activarte. Apostar por una vida saludable no sólo te hará sentirte mejor contigo misma (que es muy importante), sino que reforzará tu salud y te evitará algunos riesgos. El sofá, puede esperar.
Aunque la lista es interminable, te acercamos, en modo resumen los beneficios que tiene hacer deporte y mantenerte activa. Camina, corre, salta, baila, juega al fútbol, al baloncesto, voleibol, haz judo… ¡lo que sea! Pero muévete.
-Reduce el riesgo de padecer enfermedades cardíacas. El ejercicio ayuda a la circulación de la sangre.
-Refuerzas tu musculatura y tus huesos y ganas elasticidad, flexibilidad y movilidad. Ayuda a prevenir la osteoporosis y a retrasar la artrosis.
-Aumenta la capacidad respiratoria y mejora la oxigenación. Esto influye hasta en tu rendimiento intelectual, la oxigenación en el cerebro es clave para reaccionar, resolver y memorizar.
-Reduce células cancerígenas. Hacer ejercicio fortalece tu cuerpo. Hay estudios que defienden que las probabilidades de desarrollar cáncer de colon son hasta de en un 35% más en las personas con vida sedentaria y de un 25% si hablamos del cáncer de mama.
-Reduce el riesgo de diabetes (tipo 2). Con la actividad, los niveles de glucosa se mantienen bajo control.
-Reparador del sueño. Nos ayuda a conciliar el sueño y, esto es importante, en la calidad del mismo.
-Combate los efectos del envejecimiento. Lo notarás en tu cuerpo y en tu piel.
-Mejora tu autoestima y reduce la incidencia de depresiones.
Fuente: Cosmopolitan.
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