Keri McMullen estaba feliz. Era una mañana de sábado, a finales de marzo, y la chica de 33 años había completado una carrera de 10 kilómetros. Para celebrar; ella, su novio (Kurt) y cuatro amigos fueron a ver Fire Department Band, un grupo local que tocaba en un bar en Louisville, Kentucky, a apenas 10 minutos de la casa que Keri y Kurt estaban alquilando.
Justo antes de las 6pm, Keri se conectó a Facebook y, como de costumbre, actualizó su estatus: "Con Kurt en la taberna Hill… Viendo a Fire Department". Casi dos horas y media después, mientras la pareja se divertía escuchando música en el bar, dos hombres encapuchados asaltaban su casa.
Cuando el concierto terminó, cerca de la medianoche, Keri se fue con unas amigas a otro bar para seguir celebrando, pero como Kurt tenía que trabajar al día siguiente se marchó a casa.
Lo primero que notó que faltaba el televisor de plasma. Luego vio que no estaban las laptops en la mesa de la cocina. Miró el video de la cámara de seguridad (el dueño estaba tratando de vender la casa y Kurt había instalado una para tener una idea de los posibles compradores) y confirmó lo que ya su instinto le había dicho: habían entrado a robar. En total los ladrones robaron bienes valorados en 10 mil dólares, incluyendo el anillo de boda de la abuela de Keri.
Al día siguiente, Keri publicó en Facebook la noticia del robo, con algunas fotos del video de los ladrones. En cuestión de minutos, recibió un mensaje de alguien que reconoció a uno de los sospechosos, que resultó ser un chico que ella había aceptado como amigo hacía unos seis meses. (Keri quería comunicarse directamente con él, pero la policía le dijo que eso podía complicar mucho más el caso.) Según los agentes, uno de los sospechosos había vivido frente a la casa de la familia de Keri, pero ella no lo veía hacia unos 15 años. (Al cierre de esta edición, aun no lo habían arrestado). Al igual que los casi 600 amigos de Keri en Facebook, el presunto sospechoso también tenía acceso a su página de perfil… y todas las actualizaciones de su estatus. En otras palabras, ella misma le dijo que su casa iba a estar vacía esa noche.
Has oído mil veces los riesgos que corres al divulgar cierta información (como dar tu número de seguro social) en páginas web. Pero quizás no has pensado en lo peligroso que es compartir detalles "insignificantes" de tu vida, como tus planes para la noche, tus vacaciones o lo feliz que estás con tu nueva computadora… y estos datos son pistas que persiguen los ladrones.
Fuente: Cosmopolitan.
Justo antes de las 6pm, Keri se conectó a Facebook y, como de costumbre, actualizó su estatus: "Con Kurt en la taberna Hill… Viendo a Fire Department". Casi dos horas y media después, mientras la pareja se divertía escuchando música en el bar, dos hombres encapuchados asaltaban su casa.
Cuando el concierto terminó, cerca de la medianoche, Keri se fue con unas amigas a otro bar para seguir celebrando, pero como Kurt tenía que trabajar al día siguiente se marchó a casa.
Lo primero que notó que faltaba el televisor de plasma. Luego vio que no estaban las laptops en la mesa de la cocina. Miró el video de la cámara de seguridad (el dueño estaba tratando de vender la casa y Kurt había instalado una para tener una idea de los posibles compradores) y confirmó lo que ya su instinto le había dicho: habían entrado a robar. En total los ladrones robaron bienes valorados en 10 mil dólares, incluyendo el anillo de boda de la abuela de Keri.
Al día siguiente, Keri publicó en Facebook la noticia del robo, con algunas fotos del video de los ladrones. En cuestión de minutos, recibió un mensaje de alguien que reconoció a uno de los sospechosos, que resultó ser un chico que ella había aceptado como amigo hacía unos seis meses. (Keri quería comunicarse directamente con él, pero la policía le dijo que eso podía complicar mucho más el caso.) Según los agentes, uno de los sospechosos había vivido frente a la casa de la familia de Keri, pero ella no lo veía hacia unos 15 años. (Al cierre de esta edición, aun no lo habían arrestado). Al igual que los casi 600 amigos de Keri en Facebook, el presunto sospechoso también tenía acceso a su página de perfil… y todas las actualizaciones de su estatus. En otras palabras, ella misma le dijo que su casa iba a estar vacía esa noche.
Has oído mil veces los riesgos que corres al divulgar cierta información (como dar tu número de seguro social) en páginas web. Pero quizás no has pensado en lo peligroso que es compartir detalles "insignificantes" de tu vida, como tus planes para la noche, tus vacaciones o lo feliz que estás con tu nueva computadora… y estos datos son pistas que persiguen los ladrones.
Fuente: Cosmopolitan.
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